Dentro de esta dinámica se ha producido la convocatoria de hoy mismo, día 5 de octubre. Sin embargo, el desasosiego que siento como educador no puedo silenciarlo. En los días previos he estado valorando pros y contras de la misma.
- No me apetece que un día de huelga sirva a una Administración que no respeta nuestra labor social para ahorrarse una buena cantidad de euros con los que cuadrar sus cuentas antisociales.
- No entiendo que un objetivo que afecta a toda la sociedad (docentes, alumnos y padres) tenga que ser defendido en exclusiva por una parte, transmitiendo así la imagen (habilmente alimentada por la Administración en todos los medios de comunicación que de alguna forma le son afines) de un colectivo insolidario que pretende perpetuar unos privilegios inadmisibles en época de crisis. ¿Por qué las asociaciones estudiantiles no aparecen en la convocatoria de actuación? ¿Por qué las asociaciones de padres y madres tampoco?
- No entiendo que la labor de difusión haya sido tan poco eficaz que a los centros haya llegado información con cuentagotas y no siempre por los cauces que debiera (¿por qué los enlaces sindicales no han pasado por los centros para hacer "campaña"?).
- No entiendo que un proceso de desmantelamiento de derechos laborales de los docentes que se han conseguido a lo largo de muchos años y conflictos no cuente con la respuesta unánime y unitaria de todas las centrales sindicales (¿hay otros intereses posibles por encima de la defensa de la Enseñanza Pública?).
Está en juego la eliminación de puestos de trabajo, está en juego la calidad de la enseñanza ofrecida (no porque los profesionales vayan a trabajar menos, sino porque las condiciones de trabajo en el aula no les va a permitir atender adecuadamente a un número mayor de alumnos con un número menor de horas "dedicadas a otros menesteres").
Está en juego saber qué futuro le espera a la Enseñanza Pública en la mente de los actuales gestores de la Administración (¿optarán por su total desmantelamiento?, ¿la convertirán en una pieza secundaria (una cenicienta) respecto a la enseñanza privada o concertada?, ¿optarán por eliminar la gratuidad de la enseñanza obligatoria (incluidos los libros)?, ¿qué futuro tienen en mente?).
No soy un mesías que venga con LA VERDAD en la mano. No soy tan iluso como eso. Sin embargo si creo que hay otras formas y fórmulas para salir de la crisis, aunque no resulten políticamente correctas:
- ¿Por qué los políticos han de estar cobrando un sueldo tan alejado del Sueldo Mínimo Interprofesional? ¿No es lo bastante alto, lo bastante digno?
- ¿Por qué las empresas privadas han de estar recibiendo subvenciones del erario público (de todos nosotros) para financiar sus decisiones inadecuadas o temerarias? ¿Puede provocar la quiebra de la empresa? ¿Y si quiebra el Estado?
- ¿Por qué hay que seguir las indicaciones de organismos y empresas que se arrogan el papel de jueces, cuando en la práctica son partes de la situación actual?
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